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Costumbres y juegos

  • Euskal Herria
  • 14 de noviembre de 2001

Desde el nacimiento, los futuros hombres y mujeres han de ir aprendiendo las características del rol que les va a tocar desempeñar en su edad adulta y, tradicionalmente, tales enseñanzas se han impartido, amén de otras explicaciones más racionales o razonadas, a través de la actividad lúdica, la asistencia a los espectáculos de mayores permite a los infantes el acercarse a su mundo. Por otro lado, el uso del lenguaje, de la habilidad manual, de la capacidad de observación y destreza en la resolución de problemas va a ir, igualmente, ejercitándose a partir del propio nacimiento. Vamos a encontrar juegos o conductas propias de la infancia, que si bien van a ser rememorados por los adultos, poseen la impronta de estar destinados a los más jóvenes.

No tenemos más que comprobar el índice del Atlas Etnográfico de Vasconia (1) para observar la gran extensión de habilidades que a lo largo de su infancia van madurando los niños y niñas de Bizkaia. Encontramos entonces lo que podríamos considerar como "trucos" para que los bebés coman, y otros de contacto físico con los mismos, siguiendo unas pautas pedagógicas tradicionales que favorecen las caricias y el contacto con los recién nacidos. A continuación, y siguiendo con la estructura de la obra citada, el bebé se hace consciente de su movilidad, y se reafirma ésta con canciones y juegos en que, a un ritmo determinado, se hace girar la muñeca hacia un lado y hacia el otro, hacia arriba y hacia abajo.

Tras el dominio del movimiento de una sola mano en todas las direcciones, el pequeño debe acercarse a la coordinación de ambas con giros de las muñecas hacia adentro y hacia afuera y otros similares, para lo que se acompaña de música y, en ocasiones, de canciones muy simples. Un movimiento que parece precisar más atención es el de chocar las palmas de las manos, lo que, una vez más, se ve reforzado mediante las canciones y diversiones a tal fin destinados. El dominio de las manos nos lleva al de los brazos, que ahora se incorporan al folklore infantil con los placeres de mecer y sus respectivas músicas que permiten al infante repetir las acciones sin necesidad de estar junto al progenitor o tutor. Mientras tanto se ha ido creando todo un cancionero destinado a tranquilizar al bebé y obligarle a dormir: serán las canciones de cuna. Una vez controladas las extremidades superiores, y a su vez, comienza el dominio de las inferiores, con nuevos recreos que, mediante la imitación del trote, los saltos, los saltos sobre un solo pie, y otros similares van reafirmando tales conductas, lo que conlleva, a su vez, el movimiento de la cadera.

Si el cuerpo ha tenido su importancia en los primeros meses, el lenguaje va adquiriendo poco a poco mayor relevancia. La repetición de canciones, que hasta el momento han servido fundamentalmente para el refuerzo del movimiento, va a cambiar de función. Las adivinanzas, los cantos de repetición de una retahíla de palabras, la inversión en el orden y la invención de lenguajes, en los que, por ejemplo, se intercala una sílaba fija entre las que conforman la palabra, son algunos ejemplos que pueden servirnos. Dentro de este capítulo podríamos incluir las fórmulas que los niños y niñas utilizan para el reparto o para designar quién deba realizar algún tipo de acción o pertenecer a un equipo.

Surge el concepto de integración en un grupo, y con él el de competición. Las carreras, que en principio se habían mostrado como individuales, se hacen ahora colectivas, y no dejarán dicho carácter incluso en las competiciones de jóvenes. Las carreras de sacos, aquellas otras realizadas por parejas con un pie amarrado al del compañero, y los de coger y librar avanzan tanto en la acción motriz cuanto en el sentimiento gregario. Tras la carrera, o junto a ella, el salto va adquiriendo mayor importancia y, unido al sentido de grupo, se realizan competiciones diversas: las carreras a la pata coja, o de sacos, o incluso el salto sobre el grupo contendiente son algunas de las fórmulas en que se encarna. Por otro lado, la destreza adquirida en el dominio de las extremidades anteriores se ve reflejada en la rivalidad a la hora de lanzar objetos diversos a una distancia fijada o ilimitada, es decir, observando quién lanza mas lejos palos, piedras, chapas, etcétera, bien sea hacia lo alto o a lo largo. Estos hechos se irán manifestando a lo largo de la juventud.

La Sokatira, la competición entre dos grupos que tira cada uno de un cabo de una cuerda a fin de desplazar a su contrincante, ha sido habitual en los festejos públicos. Por lo tanto, el dominio del movimiento digital va progresando con las canicas, chapas y otros objetos que precisan no sólo de la habilidad en el lanzamiento, sino incluso en el cálculo de la fuerza y la puntería, tan útiles a la hora de ir de caza. Otro entretenimiento que encarna esta habilidad es el hacer bailar la trompa. Y aún otro más al jugar a lo que, por lo general se denomina como las "cunitas de gatos", formando figuras entrelazando un cordel entre los dedos.

Por su parte existen otros dos tipos de diversión o habilidad que se han reafirmado, y que podemos resumir en el esconder y encontrar. Tenemos de esta manera exhibiciones dedicadas a encontrar objetos escondidos por otro grupo, o al propio grupo que es quien se encuentra oculto, o, incluso, el descubrimiento del mundo desconocido, donde incluimos la caza de grillos, saltamontes, libélulas y otros insectos. A su vez, a quien le corresponde esconderse debe considerar cuáles son los lugares más seguros, los más inaccesibles, etcétera. Debemos incluir en éste apartado los realizados con los ojos vendados. La imitación, tanto de animales cuanto de labores sociales, se van a ir encarnando en diferentes ejercicios, desde la propia imitación de movimientos y ruidos, hasta los roles desempeñados por los mayores. La destreza en el uso de las armas, fundamental en una sociedad agrícola y ganadera, se va a ir ejercitando paulatinamente con el tiragomas, el arco, la honda, las pistolas de pinzas o las cerbatanas. A su vez, los recreos de estrategia se ven, sobre todo, en los juegos de mesa, y, más aún, en los de naipes. No vamos a entrar a describir tales actividades, y recomendamos al lector que acceda a la obra citada para tal menester.

El caso es que al concluir la infancia y la adolescencia, que podemos considerar como paso intermedio hacia la edad adulta, llegamos a la juventud. Aquí, nuevamente encontramos recreaciones de las agilidades anteriores, si bien otras nuevas van apareciendo. En primer lugar, ha de considerarse que el joven se enfrenta al mundo laboral propio del caserío, ya que del mundo agrario hablamos, con lo que cuenta con una serie muy limitada de objetos con los que actuar. Quien vive en la costa deberá saber, antes que nada, nadar, y realizará pruebas en este sentido, compitiendo con sus semejantes. Pero quien vive en la costa deberá conocer el arte de la navegación, por lo que las regatas y competiciones a vela no le han de ser ajenas. En tercer lugar, los pescadores deberán competir por llevar su mercancía los primeros a puerto, ya que serán quienes marquen el precio de lo conquistado. Y por ello, a lo largo de toda la Costa de Bizkaia, y de toda la Cornisa, se establecerán concursos de velocidad en txalupas y botes destinados a llevar la mercancía al Puerto, siendo el origen de las regatas actuales.

En el interior, aunque no sólo allí, el oriundo debe mostrar varias cosas:

a) por un lado, su fuerza, lo que hace acarreando grandes pesos (txingas...), o lanzándolos lejos o a lo alto (al modo como actualmente se realiza en Escocia, Australia y otros lugares, en el lanzamiento de troncos);

b) El uso habitual de palos, bastones, o en el caso de las zonas mineras, palanka o barra de hierro utilizada para preparar el barreno (palankari) es motivo para el ejercicio físico.;

c) Asimismo debe demostrar su capacidad en el dominio de los animales de granja (Idi-Probak, Asto-Probak, Zaldi-Probak, etcétera);

d) En tercer lugar, debe demostrar valentía y habilidad a la hora de dirigir a las reses bravas, con lo que las corridas de toros cobran su propia justificación, avalada por ejecuciones datadas ya en el siglo XVI;

e) Otras habilidades que se ve obligado a demostrar el habitante del caserío de Bizkaia se centran en su capacidad en realizar labores propias de su situación laboral (cortar árboles lo más rápidamente posible, segar, etcétera), surgiendo los Aizkoraliak, Segalariak, Harrijasotzaileak, y demás;

f) Así mismo, deberá mostrar su control sobre lo que bebe, y lo hará bailando el Txakolin (danza individual que se realiza sobre dos gerriko o fajas cruzadas, o, en su defecto, sobre dos palos cruzados, de manera que al ritmo de la música va saltando sobre los espacios libres, sin pisar la cruz);

g) y su dominio sobre el jumento u otro instrumento, dando lugar a las cucañas de ambiente medieval.;

h) además, las capacidad de dominar los movimientos del perro que ayuda en las labores del caserío van a ser muy valoradas, e incluso se van a realizar concursos de perros de pastor, donde se muestran las habilidades del pastor a la hora de amaestrar a su fiel amigo.

Concluimos viendo que los entretenimientos y danzas han podido tener su origen en necesidades humanas de mostrar las habilidades individuales a fin de conseguir pareja. Apuestas en las luchas de carneros y gallos han constituido una ocupación lúdica de importancia en el quehacer de la gente del pueblo. Las partidas de bolos han tenido gran arraigo en las costumbres de las gentes de Bizkaia, hasta el punto de que junto a las iglesias de numerosos pueblos aún se mantienen viejas boleras. Se trata de un juego, sobre el que se realizan apuestas, en el que, con una bola esférica se trata de tirar un número determinado de bolos o postes siguiendo unas normas que difieren en sus múltiples variantes, bien sea tirar un único bolo de un solo golpe, bien colocando varios en hilera hacerse con todos, o cualquiera de las variantes del mismo. Algunos analistas han querido ver en su ejecución, y en la cercanía de las boleras a los centros religiosos, algún tipo de ritual asociado al astro diurno, pero no tenemos datos suficientes como para poderlo asegurar.

Por fin llegamos a los partidos de pelota. Por lo general se realizan en frontón, es decir, frente a un ángulo recto formado por dos paredes, si bien antiguamente, parece ser que se hacía en el mismo pórtico de las iglesias. Posee de la misma manera muchas variantes, tanto en la forma cuanto en la normativa a aplicar, encontrando el ángulo simple, el recinto cerrado con las cuatro paredes, o la inclusión de recovecos que dificultan el bote de la pelota. De la misma manera varía en el modo y utensilio utilizado para impulsar la bola, pudiendo ser la mano desnuda, la pala (ancha o corta) y las diferentes construcciones en cestería. Es, en fin, junto a los bolos, el deporte más universal con raíces en nuestro territorio.

(1) Atlas Etnográfico de Vasconia. Juegos Infantiles en Vasconia. Eusko Jaurlaritza. Bilbao. 1993. AGUIRRE FRANCO, Rafael, Deporte Rural Vasco. Ed. Txertoa. San Sebastián. 1983.