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Xemeingo ezpata dantza

  • Iñaki IRIGOIEN
  • 15 de octubre de 2001

Se pone en relación las localidades de Xemein y Markina, durante largo tiempo fusionadas administrativamente, aunque han mantenido históricamente exhibiciones de diversa índole. A continuación se describe la ejecución actual de la danza, y se concluye con las referencias históricas acerca del acontecimiento, indicando las danzas actualmente olvidadas.

Esta danza se baila durante las fiestas votibas en honor del Santo, en la antigua anteiglesia de Xemein, junto a la ermita de San Miguel de Arrechinaga, el 29 de septiembre. Xemein, a partir del año 1952, está fusionada con la villa de Markina formando actualmente un solo Ayuntamiento. Cuando Xemein mantenía su propia organización municipal el edificio del concejo estaba en Arretxinaga, junto a la celebre ermita, y en su plaza se celebraban las fiestas. Así nos lo dice en 1802 el "Diccionario Histórico Geográfico del País Vasco": "junto a esta ermita está la casa consistorial de la república, mediando entre una y otra una pequeña plaza donde suele tener el pueblo sus novilladas y bailes". En sus fiesta no faltaban los danzantes de espadas. Tampoco han faltado después de su anexión a la Villa.

Ambas localidades han tenido siempre la misma iglesia parroquial, la de Santa María de Xemein, pero a pesar de ello sus fiestas más importantes las han realizado siempre por separado, al igual que las danzas que se bailaban en ellas. Markina, por lo general, según sus documentos, bailaba troqueados y Xemein la danza de espadas que aún se conserva.

La ermita existente en Arretxinaga, dedicada a San Miguel Arcangel, presenta una peculiaridad importante. En su interior se encierra un monumento megalítico de características majestuosas. Tres piedras de cuarzo, sosteniéndose unas a otras, ocupan el centro de la ermita. Abarca su lugar de emplazamiento algo más de 30 metros de circunferencia y la parte más alta del monumento unos 8 metros desde el suelo. Se ha especulado mucho sobre su origen y colocación. Todo ello le ha dado un sentido al santuario que hace pensar que la Iglesia erigió la ermita en un lugar con origen de sacralidad anterior al cristianismo.

En la mencionada plaza, cuando llega el día de San Miguel Arcángel, después de celebrada la misa en la ermita, se baila la tradicional Ezpata-dantza. Para ello, del viejo edificio municipal, donde previamente se han vestido los dantzaris, y sin ningún ritual, sale el grupo en formación para presentar la danza. Después de un arco de honor formado por el grupo enlazado con espadas largas y dirigido por el capitán, por donde antiguamente pasaban las autoridades y hoy en día solamente los danzantes de espadas cortas, se preparan para bailar la danza, primeramente en una dirección y repitiendo seguidamente de nuevo la misma, después de haberse formado el grupo tomando como frente el opuesto al anterior.

El grupo está constituido por un número indeterminado de dantzaris, aunque, en la actualidad, por lo común es de diez o doce miembros en dos filas, enlazados por sus espadas tomados de las manos y que finalizan en el mencionado capitán que toma las dos espadas de los primeros. Visten todos de blanco, salvo un galón rojo a los costados de los pantalones, con "gerriko" o faja encarnada que también sirve para formar una banda cruzada por el pecho, donde también destacan los escapularios con las figuras de San Miguel y el escudo de la anteiglesia de Xemein. Junto al grupo, y a sus costados, salen actualmente otros cuatro dantzaris con espadas cortas, adornadas con pañuelos en sus empuñaduras. Dos de ellos bailan a la altura de los primeros del grupo y los otros dos a la de los últimos, que cuando el grupo baila en la dirección opuesta éstos hacen de primeros, quedando junto a los últimos los otros dos.

Característica importante de esta Ezpata-dantza es la elevación que se realiza sobre las espadas del grupo, con las que han formando previamente una parrilla, al capitán o "Maisu zaharra". Una vez elevado, éste baila la danza con sus manos, en las que ha tomado dos espadas o puñales, al mismo tiempo que los danzantes de espadas cortas realizan la suya en el suelo.

Finalizada la Ezpata-dantza después de un nuevo arco de honor por donde vuelven a pasar los danzantes de espadas cortas, el grupo se retira al viejo edificio consistorial. Seguidamente, una vez de haberse desprendido de las espadas y otros objetos, se forma una cadena de dantzaris que sale a la plaza a realizar un aurresku solemne, donde se saca a la cuerda a las damas más señaladas. Con la invitación a un refrigerio a las mujeres que han participado en el aurresku finaliza la función de los dantzaris durante la mañana.

Por la noche, recordando la cena que las autoridades celebraban antiguamente en el edificio consistorial y el importante ritual posterior, junto a la ermita y plaza, que finalizaba con la danza del "Maiganeko" sobre la mesa donde se había celebrado el ágape, el grupo Zerutxu representa estas ceremonias en mitad de la plaza donde se está celebrando la romería.

Primeramente, enlazados de las manos y dirigidos por un dantzari que hace de alcalde, con un tizón encendido en la mano, se forma una cuerda de chicos y chicas que dan una vuelta a la ermita. Seguidamente se baila un nuevo aurresku, para finalmente representar la danza del "Maiganeko", estando a la cabecera de la mesa el que hace la figura de alcalde, ofreciendo el tradicional vino a los bailarines que, uno a uno, van subiendo a realizar su danza sobre la mesa que se ha colocado en mitad de la plaza.

Esto es lo que actualmente se puede ver en Xemein, conservado últimamente gracias al esfuerzo de los dantzaris del grupo Zerutxu. Seguidamente vamos ha presentar algo de historia sobre la danza y su entorno.

Comenzaremos por indicar que aunque hasta su fusión con Markina, la casa del Concejo estaba en el lugar que se ha dicho, las reuniones del Ayuntamiento de Xemein no se celebraron en Arrechinaga hasta el primero de enero de 1646, por lo que no fue el centro de la Anteiglesia hasta dicha fecha. Estas se celebraban anteriormente en la ermita de San Jacinto de Ibarburu, donde se reunieron por última vez el 31 de diciembre anterior, acordándose el traslado a partir del día siguiente a su nueva sede en la ermita de San Miguel "la cual nombraron y eligieron por puesto mas conveniente para sus concejos y ayuntamientos". En ella se celebraron las juntas hasta la construcción en 1741 del edificio municipal, junto a la ermita, la cual también fue reconstruida en dicha fecha, habiéndose conservado ambos edificios hasta el día de hoy.

Esto hace que los primeros pagos a txistularis, que encontramos en cuentas municipales, sean por la ocupación en la fiesta de San Jacinto de Ibarburu, pagándoles por lo que regocijaron con su "tamborín y flauta", no figurando danzantes de espadas, por lo que no podemos precisar si ya existían en dichas fechas. Hemos de añadir, que una de las referencias vizcainas más antiguas sobre danzantes, aunque sin precisar si eran de espadas, la encontramos en la villa de Markina en 1519. Ante la noticia de haber sido elegido emperador de Alemania Carlos V, se acordó celebrar fiestas y entre éstas que "anduviese el tamborín por la dicha villa con algunos hombres dispuestos". En las cuentas vemos que estos hombres eran veinte y que con una bandera recorrieron las calles bailando y danzando.

En Xemein también es el tamborilero o txistulari el que desde el principio ha acompañado a los danzantes. A veces, sobre todo al principio, solamente un txistulari, otras, acompañado por un atabalero y, durante cierto tiempo, tocando dos txistularis con dicho redoblante.

En nuestro repaso por los libros de Xemein el primer dato que sobre danza encontramos es de 1604, cuando se quieren regular, al objeto de evitar abusos y presiones a los vecinos, las cuestaciones que so color de fiestas se realizan por los distintos caseríos con "tamborín y danzantes". El siguiente dato, de 1649, se refiere a danzas troqueadas o de palos en las fiestas celebradas con motivo de la victoria conseguida en Nápoles. Más tarde, en 1662, nos encontramos con un auto de visita del señor Obispo en que se prohiben danzas entre hombres y mujeres, en alusión a los tradicionales aurreskus.

Finalmente, en pagos de 1714, encontramos la primera referencia a la danza de espadas del día de San Miguel. Se pagan cuatro reales al que en la fiesta guía "la danza de la procesión". Años sucesivos no faltan las atenciones a "los danzantes el día de San Miguel". Normalmente por alguna carga de vino, junto al correspondiente pan que creemos estaría acompañado por algo más suculento.

En 1743 se especifica que los danzantes son de espadas y que junto al pellejo de vino y el pan se les obsequia con una comida. En las cuentas de este gasto se manifiesta que dichos danzantes fueron treinta. Al año siguiente se acuerda realizar las fiestas con misa mayor, sermón, tamborilero, corrida de novillos, y que "veinte y cinco hombres, se hubieren de juntar para la danza de espadas". Al parecer es época que el número de dantzaris era superior al actual, cosa que la estructura de la danza permite perfectamente, al incorporar más elementos a cada una de las dos filas o bailar con cuatro filas en lugar de dos.

Durante el siglo XIX tampoco faltan pagos por las comidas dadas a los "bailarines de espada en la función acostumbrada de San Miguel", que bailaban en la plaza de Arrechinaga. También se les obsequia con raciones de pan y vino durante los ensayos de la danza en los días que éstos duraban. Estos gastos eran a cuenta de los taberneros, de acuerdo a sus contratos de arrendamiento.
Por lo que se desprende de estas atenciones, bailaban los días 29 y 30 de septiembre y destinaban varios días a los ensayos previos, siendo los danzantes, cuando se índica su número, en número cercano a los veinticinco.

En 1883 participaron en el concurso convocado en las Fiestas Eúskaras celebradas en Markina, siéndoles concedido el premio al ser la única comparsa que se presentó. Durante los años posteriores, hasta finales de siglo, se presentan los gastos en forma parecida, siendo en 1897 los días de ensayo siete, entre el 19 y 28 de septiembre. El número de danzantes se ha reducido, pagándose comidas y cenas para doce o trece comensales.

En el año de 1915, después de ciertos años sin ninguna mención sobre danzantes de espadas en las cuentas, junto a gastos de comidas y cenas "para la comparsa de ezpatadanzaris", se paga por "cuatro espadines nuevos y arreglo de uno viejo".

No teniendo más información en los libros se recurrió a buscarla entre los dantzaris de la época. Estos informaron que se bailó en 1915, participando junto a la corporación municipal en los movimientos que esta realizaba, teniendo sentido con ello los arcos de honor que aún se mantienen para que pasasen las autoridades bajo ellos. También relatan la cena de las autoridades y danzantes en la casa del Concejo, la vuelta a la ermita, el aurresku y la danza del "Maiganeko" presidida por el alcalde. Finalmente, el tercer día de fiestas la destinaban a recorrer las casas más solariegas, donde bailaban y recogían regalos y dinero.

Se dejó de bailar durante algunos años, hasta que fue recuperada la danza en 1934-35, por jóvenes que se juntaban alrededor del batzoki. Uno de estos, Joseba Aginaga, realizó una descripción de la misma con dibujos y partituras que guardó en su casa hasta bastantes años después.

Nuevamente, por motivos de guerra, se volvió a dejar de bailar, recuperándose de nuevo hacía el año 1955. A partir de dicha fecha y hasta nuestros días, no ha dejado de bailarse por San Miguel la tradicional Ezpata-dantza en Xemein, aunque últimamente no forma parte de procesiones ni las autoridades son acompañadas por los danzantes en sus traslados corporativos. Destacando principalmente esta falta en la danza denominada "Maiganeko" y en los rituales de la noche que son representados por los dantzaris del grupo "Zerutxu", no existiendo previamente ninguna cena de autoridades.

Finalmente, recibida la descripción de Joseba Aginaga, antes mencionada, en 1979 se modificó algo la coreografía que se venía realizando, ajustándola a los detalles que se presentaban en dicho escrito, que fue publicado en la revista "Dantzariak", siendo ésta la forma coreográfica que actualmente se baila con todo entusiasmo por los dantzaris del "Zerutxu", que ya no tienen obligación de ser vecinos de Xemein, como lo fue anteriormente, cuando esta anteiglesia tenía ayuntamiento propio.