Hasierako posizioa
  Muriskak
  Gurpilak
  Sentziloak
  Oin-punta gailur
  Oin-punta orpokoak
  Oin-punta irradakan
  Lauarinak
Lauarin
Lauarin zaharra
Lauarin berriztua
Lauarina gurpilarekin
  Lasterkak
  Zorrotzak
  Txingo luze paseoa
  Zango ostikoa
  Jira galdua
  Deiak
  Azken-azkena
  Trantsiozko urratsak
  Lehen aldaira
  Bigarren aldaira
  Hirugarren aldaira
  Laugarren aldaira
  Bostgarren aldaira
  Seigarren aldaira


Se designa con la palabra muriska o cabriola a los pasos de danza que se ejecutan saltando del suelo y trenzando los pies en el aire. Aunque existen varias clases de cabriolas, todas ellas comparten la misma base. Para ejecutar una cabriola, tanto durante el instante en que se toma impulso para elevarse en el aire como en el momento de tomar tierra, se flexionan talones y rodillas y se efectúa un demi-plié.

Al elevarse en el aire el demi-plié permite al dantzari obtener el impulso necesario para ejecutar el salto. Al volver a caer al suelo amortigua su caída e impide que los huesos de la columna acusen un impacto excesivo y resulten lastimados. Así pues, al realizar estos dos demi-pliés se flexionan las rodillas, pero  una vez que el dantzari se eleva en el aire las rodillas se estiran  y se realizan los cruces de piernas  propios de cada muriska o cabriola, manteniéndose las rodillas extendidas. Dado que las piernas parten de la posición inicial, permanecerán en posición abierta durante toda la ejecución de la cabriola. Para saltar verticalmente hacia arriba se extienden completamente las rodillas, se elevan los talones del suelo y se toma el último impulso ascendente con las puntas de los pies. Así pues, antes de que los pies se eleven en el aire las puntas de los pies quedarán extendidas apuntando al suelo.

El objeto de las cabriolas no es saltar a gran altura, sino dar un salto corto y  cruzar las piernas lo más rápidamente posible. Incluso sin elevarse demasiado del suelo los cruces de piernas se realizan a gran velocidad:



A la hora de ejecutar cualquier tipo de cabriola [el dantzari] debe tocar el suelo  con las puntas de los pies antes de hacerlo con los talones; por un lado, porque es muy feo que el dantzari, al realizar la cabriola, aterrice en el suelo apoyado en toda la planta del pie y, por otro lado,  porque al golpear el suelo se tambalea sin cesar y corre grave riesgo de caerse; asimismo, porque [al golpear el suelo con toda la planta del pie] su cuerpo recibe una vibración muy perjudicial. De ahí nace el dicho común entre los dantzaris vascongados según el cual el buen dantzari es aquél capaz de pisar un huevo sin romperlo.