ES | EU | EN

Dantzari Dantza

La Dantzari Dantza es el ciclo de danzas propia del Duranguesado o Durangoaldea de Bizkaia, zona rica en mitología, de creencias ancestrales y de economía tradicional asentada en la ganadería y agricultura, Merindad, por lo demás, fronteriza del reino de Nafarroa durante la Edad Media, posee ricas casas palaciegas y torres defensivas propias del papel medieval que jugó. Por lo que respecta al citado ciclo coreográfico los diversos autores no parecen ponerse de acuerdo ni sobre las danzas que las componen, ni sobre sus denominaciones, ni mucho menos aún acerca del orden que deba establecerse.

Contamos, en cualquiera de los casos, con una danza de presentación y ondeo de la bandera sobre los danzantes (Agintariena); una serie de danzas relacionadas nominalmente con los danzantes que muestran sus habilidades por turno (Zortzinango, Banango, Binango y Launango), juegos de armas (Ezpata Joku Txikia, Ezpata Joku Nagusia y Makil Joku), y, en ocasiones, una danza que parece representar la muerte y, en su caso, resurrección, de uno de los bailarines (Txotxongilo). Se concluye con la Soka Dantza, danza circular mixta que se desarrolla en sentido contrario al de las agujas del reloj, el Fandango u Orripeko, Arin Arin y, por último, la Biribilketa o Corre Calles.

Leer más

Indumentaria

Iñaki IRIGOYEN (en Bizkaiko Dantzak, publicado en la Revista Dantzariak, número extraordinario 1, 1978) nos ofrece las siguientes descripciones de la indumentaria utilizada a la hora de bailar el ciclo de la Dantzari Dantza, en el caso de Abadiño: "La víspera del santo había de colocarse el árbol en medio de la plaza, siendo los dantzaris los encargados de hacerlo. Para esta función acudían con traje de calle, justamente con boina, gerriko y alpargatas de cintas rojas." La boina, la faja (gerriko) y el calzado son o portan cintas de color rojo, que son negras en el caso de que el dantzari esté de luto, o lo esté su compañero de fila. El día de la fiesta Mayor, los dantzaris aparecerán en la plaza con todas sus galas, boina y gerriko rojos, camisa, pantalón y calcetines blancos, alpargatas blancas con cintas rojas y chaleco.

J. L. DE ETXEBARRIA, en Danzas de Vizcaya (ed. Vizcaína, Bilbao, 1969) describe así las vestimentas: "En la mañana del día, previamente reunidos los ocho dantzaris en la Casa Consistorial, uniformados con camisa (ésta arremangada), pantalón y calcetines, de color blanco, alpargatas del mismo color (éstas se adornan con unas cintas de color rojo, formando cruces por su parte superior, para poder atarlas a la parte baja de la pantorrilla) y con gerriko (faja) y txapel (boina) de color rojo (...)".

Leer más

Útiles

Bandera

La bandera es, como indica Juan Eduardo Cirlot en el Diccionario de Símbolos, y Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, en el Diccionario de los Símbolos, una insignia totémica que se pone sobre el mástil cual protección simbólica del grupo. Es, a la vez, el símbolo del mando, de la reunión y del propio jefe. Implica por lo tanto un grito de protección que Jean Chevalier y Alain Gheerbrant resumen así: "El portador de una bandera o de un estandarte lo levanta por encima de su cabeza. Lanza en cierto modo un llamamiento hacia el cielo, crea un vínculo entre lo alto y lo bajo, lo celestial y lo terrenal". La bandera o estandarte nos acercan a la ligazón existente entre el símbolo, su portador y quienes actúan en su nombre. Tal vez aquí pudiéramos encontrar una vía a la interpretación del saludo a la bandera que se ejecuta en la Dantzari Dantza. En las danzas vizcaínas propias del Duranguesado existe una danza, denominada Agintariena ("la de los que mandan", literalmente) en la que, tras saludar la enseña y volver a la posición inicial, el abanderado se descubre y ondea el estandarte sobre las cabezas del resto de danzantes postrados.

Leer más

Espada

La Espada, compuesta de puño y hoja cortante, ha simbolizado a lo largo de la historia europea cuestiones muy variopintas; desde la honradez y la virtud del caballero medieval, ajeno a los goces de la carne (Tristán e Isolda), hasta el propio ideal caballeresco encarnado en encarnizada lucha contra el mal, el dragón o la Bestia. Ha sido también representación del cristianismo, por la forma de cruz que forma con el guardamanos, y del Dios de la Guerra y la Agricultura Marte, en tiempos pretéritos. La espada es, pues, un instrumento utilizado para ahuyentar a las fuerzas del mal, al enemigo, sea del carácter que fuera. La espada, por otro lado, en tanto que metal se opone al árbol y a la vegetación, participando de categorías del ámbito masculino, dejando al femenino las segundas, lo mismo que la utilización del huso, según refiere Marius SCHNEIDER y recoge Juan-Eduardo CIRLOT.

Leer más

Palos y bastones

Los Palos y Bastones, en tanto que material vegetal, pertenecen a ese mundo de los seres vivos en el que el nacimiento, el crecimiento, la reproducción y la muerte se ven sucedidas por un nuevo resurgimiento y una vuelta a los estadios previos en un nivel más avanzado. El Bastón y el Palo encarnan, así, el tiempo cíclico, el devenir perpetuo, y, por lo mismo no es de extrañar que el mismo Jesucristo muriera en una Cruz de Madera, en lo que autores como Mircea Eliade denominan Axis Mundi, o Centro den Mundo, por arraigar sus raíces en el inframundo, mostrar su fortaleza en el Mundo mortal y, por último, elevar sus copas hacia los cielos. El Bastón funge de poste, de columna que sostiene los tres niveles de realidad; subterránea la primera, habitáculo de númenes ignotos y posiblemente malignos; propia del nivel terreno la segunda, donde el tronco es testigo en sus propias marcas del devenir del tiempo; y celeste la última, posibilitando el acceso a niveles más elevados.

Leer más

Cascabeles

Simbolismo de los cascabeles:

Autores como Curt SACHS, Violet ALFORD, Lucile ARMSTRONG, Juan Antonio URBELTZ, Marius SCHNEIDER, o Juan Eduardo CIRLOT coinciden en interpretar los cascabeles como utensilios que "Pasan por tener poderes profilácticos contra la desdicha" tal y como utilizados por los devotos de Dyonyssos, los medice men de Africa, y los Callicantzari de Skyros. Esto podría ponernos en la dirección correcta para una interpretación de su utilización en las danzas de espadas, tales como la Dantzari Dantza, tratándose, por lo tanto, de danzas con un fuerte contenido ritual ligado a la Naturaleza y sus genios. Sin embargo, que los espíritus que se quieran espantar sean de índole únicamente agraria, o se trate de los difuntos u otra representación numénica, va a dar lugar a una serie de controversias y discusiones que se verán matizadas, en nuestro caso, en torno al simbolismo de las danzas de espadas.

Por otro lado no podemos olvidar su función más simple y directa relacionada con mantener el ritmo de las ejecuciones. El sonido de los cascabeles bien pudiera haber cumplido únicamente el papel de obligar a los figurantes a mantener un ritmo en la danza.

Música

Todos los estudiosos del tema de la Dantzari Dantza (Iñaki IRIGOYEN, TILIÑO, Juan Antonio URBELTZ, K. DE HERMODO, etcétera) coinciden en afirmar que la exhibición se realiza al son del Txistu y del Tamboril, si bien puede utilizarse también el Silbote, que, perteneciendo a la familia de las flautas o instrumentos de viento es más largo que el primero, y el Atabal que, a diferencia del tamboril, es mas bajo y ancho, a la vez que su percusión se hace con dos palillos, y no con uno, como cuando el músico hace sonar a un tiempo Txistu y Tamboril. Silbote, Txistu y Txirula son los tres instrumentos musicales de la familia de las flautas de tres agujeros que encontramos en el área cultural vasca, siendo los dos primeros los utilizados en el folklore de Bizkaia. El primero, por su longitud, precisa de ambas manos para sujetarlo, de manera que mientras la derecha aguanta su firme, la izquierda mantiene el peso y desarrolla el registro tonal. Es, precisamente, la longitud del instrumento la que obliga al transporte en dos trozos que se acoplan entre sí, y es ésta la razón también de que la escala musical sea más baja que en el Txistu.

Leer más

Geografía e Historia

A la hora de acercarnos a la historia de las danzas que componen el ciclo agrupado bajo la denominación común de Dantzari Dantza nos vamos encontrando cada vez con más dificultades de difícil solución. No existen referencias históricas precisas acerca del cuándo o por qué se originó este ciclo de danzas, de manera que bien pudiera tratarse de creaciones propias de la prehistoria como de coreografías de más reciente creación. Esto ha dado lugar a las más variadas interpretaciones no sólo acerca del simbolismo que pudiera ocultar, sino y siguiendo las pautas de la investigación evolucionista, procurando establecer unos parámetros o saltos, en los que poder ubicarla. Evidentemente, todo intento en este sentido de encontrar los fundamentos, las bases históricas a unas danzas tradicionales, en el sentido amplio de ancestrales, y no en el de populares, o famosas en una época, han caído en el olvido. 

Además, en el caso de la Dantzari Dantza, ciclo de danzas propio del Duranguesado o Durangoaldea de Bizkaia, encontramos otra dificultad añadida, puesto que al tratarse de un ciclo, hemos de comprobar, una por una, cada una de las exhibiciones que se ofrecen, y esto en cada una de las poblaciones en que actualmente se realiza, e, incluso históricamente en todas aquellas en las que pudiera establecerse algún tipo de relación.
 

Esto nos hace ser cautos a la hora de intentar establecer una cronología sobre las exhibiciones. Además, hemos de tener en cuenta la incultura propia de una sociedad ágrafa en su comunicación habitual, encontrando sólo muy tardíamente expresión escrita sus ideas y especulaciones. El euskara, la lengua de los vascos, no ha encontrado impresos sus conceptos hasta fecha muy reciente. Es por tanto claro que toda referencia antigua que encontremos acerca de las ejecuciones coreográficas, o bien son recientes, como en el caso de Resurrección María de Azkue, y otros etnógrafos y etnólogos de los siglos XIX y XX, sobre todo de éste último; o se trata de libros de cuentas de Ayuntamientos y Diputaciones, o de la Iglesia, que así en sus dos vertientes, civil y religiosa, completaban el arco del funcionariado letrado. 
Los datos históricos de las danzas, en un sentido cronológico, se encuentran en tales libros de cuentas. Sin embargo ha de tenerse en cuenta que dichos libros tienen la función de expresar gastos e ingresos, de donde por lo general sólo explicitan la cantidad gastada y el concepto. Así podemos encontrar datos como que en tal o cual pueblo, y con fecha xy, la asociación j gastó f en jolgorios, sin ninguna especificación posterior. Lo que se entienda por "jolgorio" por poner un ejemplo banal, queda al espíritu de quien lo lee. En otras ocasiones podemos hallar, y es lo más común, la fecha de realización, lo que nos lleva al festejo propio y, aunque no siempre, sí en ocasiones, a comparar con los hechos actuales los motivos de los gastos.
 

Así, si en la festividad x se gastó y con motivo de la compra de cascabeles, por seguir alguno de los casos más habituales, e incluso suponiendo que durante la festividad x se sigan realizando exhibiciones con cascabeles, el que el gasto justificado en una época y en otra sean por idénticos motivos no deja de ser una mera suposición, pues pudieran realizarse danzas o exhibiciones con cascabeles aparte de las que pudiéramos estar buscando. La recopilación de datos históricos es en verdad laboriosa, precisa de gran paciencia y cuenta con otra limitación más, la de tenerse que atener a los datos escritos, es decir, a aquellos que, tras ser plasmados en hojas, han vencido al tiempo, han evitado borrones y roturas y, por fin, han llegado hasta nosotros.


Existe una tercera vía de información, que no parte ni de los ejecutantes actuales ni de los pretéritos, sino de viajeros de antes y de hoy que han referido sus experiencias en sus escritos. Tales testigos no dan fe fidedigna de todas y cada una de las evoluciones que ven realizar ante sí, y si escriben algo acerca de lo que vieron o escucharon en sus viajes acerca de tal o cual danza, también puede ser utilizado en la actualidad, toda vez que pueda responder al mismo esquema, por fecha, motivo, instrumentos utilizados, etcétera que el investigador, en éste caso, quiera remarcar.

Tenemos, por lo tanto, varias maneras de acercarnos a la historia o ubicación histórica de una coreografía:

- por relatos de viajeros e investigadores de la antigüedad, que pudieran dar indicaciones más sobre el tipo de festividad que realizaban que sobre la danza concreta que observaban.

- por la plasmación de los gastos, reflejados en libros de cuentas, referentes a la compra del material necesario para la exhibición.

- por relatos de quienes danzaron o crearon danzas nuevas en épocas determinadas, pues, siendo conocedores por lo general, de la escritura, plasmaron en publicaciones o diarios el origen de las mismas.

- por último, podríamos encontrar relatos pormenorizados del cuándo, dónde y por qué de las danzas, descritas por su creador, pero, decididamente, esto no es lo habitual.

  • por relatos de viajeros e investigadores de la antigüedad, que pudieran dar indicaciones más sobre el tipo de festividad que realizaban que sobre la danza concreta que observaban.
  • por la plasmación de los gastos, reflejados en libros de cuentas, referentes a la compra del material necesario para la exhibición.
  • por relatos de quienes danzaron o crearon danzas nuevas en épocas determinadas, pues, siendo conocedores por lo general, de la escritura, plasmaron en publicaciones o diarios el origen de las mismas.
  • por último, podríamos encontrar relatos pormenorizados del cuándo, dónde y por qué de las danzas, descritas por su creador, pero, decididamente, esto no es lo habitual.

Quienes danzaron y quienes danzan actualmente, si bien son conocedores de su arte, suelen desconocer su origen, que les suele caer demasiado lejano. Y, por último, quienes han sido capaces en su sinceridad, de afirmar los cambios establecidos, como es el caso de J.L. Etxebarria en el caso de las Danzas Vascas, o en los concursos de creación de danzas nuevas propios del XIX y XX, no indican el origen de las danzas recuperadas, variadas, recreadas o creadas. Lo que da lugar a un Caos Interpretativo (Hermenéutico) sobre su verdadero origen.

El único camino que nos queda, siendo conscientes de las limitaciones que implica, es el de analizar las fechas históricas escritas que han llegado hasta nosotros. Para ello hemos de contar con la inestimable labor de Iñaki IRIGOYEN que, con paciencia sublime, ha ido recopilando datos referentes a las exhibiciones a partir de archivos históricos propios de cada población. Los estudios de Iñaki IRIGOYEN, junto a los de sus seguidores, nos acercan, por lo tanto, al calendario festivo de los bailes, si bien limitan sus análisis a las cuentas reflejadas en los libros. Esto no quiere decir que antes no se realizaran o que no se hiciera de manera diversa. 



En el caso de la Dantzari Dantza, y en lo referente a las localidades de Abadiño, Berriz, Garay, Iurreta, Izurtza, y Mañaria, podemos constatar, con los datos aportados por IRIGOYEN, que en Iurreta, ya a partir de 1676, existen cuentas de pagos por las Danzas de San Miguel, lo que, teniendo en cuenta que actualmente se baila por tales fechas, pudiera servir de base para ofrecer un primer dato fidedigno acerca de tales realizaciones.

1676 sería, por tanto, una fecha fiable desde la que festejan San Miguel en Iurreta. 1679, 1685, 1687. 1688, 1690 etcétera reafirman la festividad, pero no ofrecen una explicación de conjunto. Es decir, podemos aventurar que en el siglo XVII ya se exhibía la Dantzari Dantza o algún otro tipo de danza en honor a San Miguel, pero en ningún caso podemos aseverar que se trate de la actual exposición en orden y desarrollo.


A partir de 1615 también hallamos pagos a fin de conmemorar a San Pedro en Berriz. Pagos que se van repitiendo en 1662 y años posteriores. Lo que indica, de un modo comparativo, que la festividad del Apóstol era primordial a comienzos del XVII, pero de ninguna manera dice que anteriormente lo fuera y, menos aún, que lo fuera de modo similar. 
Del resto de poblaciones que actualmente o en tiempos precedentes hayan podido bailar la Dantzari Dantza no hemos logrado recabar información alguna. Esto no implica que no se dieran, sino más bien que no hubo quien las recogiera.

Enlaces relacionados