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Gorulari

El nombre de "Gorulariak" deriva del vocablo vasco "goru" que significa "rueca" y "ari" o "lari", que indica a la persona que realiza cierta labor, de manera que "gorulariak" puede muy bien traducirse por el conjunto de personas de ambos sexos ocupados en la rueca, o bien como hilanderas, sin importar el género. Hemos optado por el femenino en virtud de ser una actividad tradicionalmente propia de las mujeres, aunque no podemos menospreciar el trabajo de costureros de gran renombre, e incluso de desconocidos, dedicados a tal labor. "Gorulariak", en éste sentido, sería el grupo de hilanderas y costureros, que son quienes ejecutan las danzas que a continuación se describen.

Indumentaria

En el artículo titulado Folklore del Duranguesado, Segundo de OLAETA2, creador e investigador del folklore vasco, se adentra en la figura de la hilandera en las representaciones coreográficas, y cita como hecho cierto el que las vestimentas de las hilanderas (gorulariak) vizcaínas derivan de las prendas interiores de las navarras que iban a trabajar como sirvientas a los caseríos de Bizkaia. Allí iban, aunque no se indica en qué época, bajo la supervisión de una gobernanta con potestad para decidir quién se quedaba dónde y en qué condiciones, y también de supervisar su trabajo, contentos y descontentos con los señores y habitantes del lugar. Estas señoritas, o ayudantes en las labores domésticas, vestían bajo sus refajos, una saya de color con cintas, generalmente negras, que permitían ajustar o aflojar el vestido. Tal ropa interior, con los pololos o pantalones, con sus sayas y sobresayas de colores, con sus ribetes de color negro, con sus corpiños y blusas son las vestimentas que hasta nuestros días han llegado.

Útiles

Arcos

El Gorulari, en tanto que nombre genérico, comprende tres exhibiciones de diversa índole. Por un lado tenemos el Arku Dantza o danza de arcos, danza realizada con dicho instrumento, variando de posición los danzantes, pero portando todos ellos arcos de madera. En segundo lugar tenemos la danza de cintas (Zinta Dantzak o Domingillue) en que, alrededor de un poste coronado con cintas de diferentes colores, y en ocasiones un monigote o un adorno mecánico en su extremo, los danzantes van entrelazando y destrenzando las cintas que cuelgan. Por último, en la exhibición de fines del siglo XIX se presentó una estampa de hilanderas, de la que desconocemos su coreografía, si bien debió rendir homenaje a sus trabajadoras.

Música

Aunque no poseemos una referencia escrita directa acerca de los instrumentos musicales con los que se ejecuta, podemos suponer que, al igual que el resto de las danzas del ciclo de la Dantzari Dantza, ésta debía realizarse al son del txistu y tamboril, acompañada en ocasiones por atabal y otros instrumentos de la familia del primero.

Geografía e Historia

Bajo la denominación de "Gorulariak" se entiende el conjunto formado por tres representaciones coreográficas exhibidas a finales del siglo XIX con motivo de las Fiestas Florales realizadas en Durango. De hecho, y siguiendo lo indicado por Iñaki IRIGOYEN en su cuadernillo titulado Danzas Vascas en las Escuelas, tras la organización de las Fiestas Euskaras por parte de Antonio Abadie en Urruña el año 1853, se crearon las de Bilbo (1882) y Markina (1883) y se quedó en realizar las siguientes en Durango, para lo que los lugareños, bajo la dirección de Ramón Iñurieta, presentaron la escenificación denominada "gorulariak", a partir de la cuál toma su nombre. Consta de tres actuaciones: una representación de las labores propias del hilado, que ha perdido su importancia, Una danza de arcos. Y una danza de Cintas. La de arcos era cosa de chicas, la de cintas, por chicos.

Iñaki IRIGOYEN continúa diciendo que: "Dentro de estas fiestas, y siendo uno de los principales encargados de las danzas D. Ramón IÑURRIETA, los durangueses organizaron unas comparsas de niños para mostrar las antiguas danzas que se habían realizado en Durango, incluyendo entre ellas una nueva creación referente a una comparsa de hilanderas". No consta si tal exhibición se trataba de una representación ad hoc o si se trataba de alguna danza juego en la que los participantes imitaban las labores de ciertas profesiones, tal y como sucede en otros lugares (Zapatain Dantza...).

Junto a la representación anteriormente indicada se encuentran la danza de arcos y la de cinta.
Recogemos nuevamente de Iñaki IRIGOYEN los siguientes datos: "(...) De dos de ellas encontramos referencias escritas: del Dominguillo en siglos anteriores junto a las danzas de Durango y la de los arcos durante el siglo XIX. Las referencias más completas las encontramos en las Noticias Históricas de Tavira de Durango de VEITIA Y ECHEZARRETA y en los papeles que dan cuenta de la visita de Fernando VII a Durango en 1828".Copiamos de estos papeles: "Precedíanlos dos comparsas de jóvenes de ambos sexos, graciosamente vestidos, que bailaban alegremente las danzas del País (...).Unos jóvenes escogidos bailaron trayendo en la punta de un palo largo un muñeco, denominado ´Dominguillo´, que hacía visajes y posturas al son de la música que hacía reir a las gentes; unas jóvenes teniendo en sus manos arcos bailaron contradanzas...". También cita Iñaki IRIGOYEN a VEITIA Y ECHEZARRETA en su referencia a tal viita diciendo que: "También salió para divertir a la multitud del Dominguillo, que era un muñeco en la extremidad de un palo a manera de estandarte, y más abajo tenía clavadas a una misma altura ocho cintas, de cada una de las cuales agarraba un chiquillo de la comparsa formada para el objeto, trayendo el palo un muchacho mayor. Con las cintas se hacen una porción de figuras enlazándolas simétricamente de varios modos en el palo, y soltándolas igualmente sin parar el baile".

Antes de esta época no conocíamos el ´Dominguillo´ más que de nombre, pues siendo muy niños, conocíamos a unos ancianos llamados Artacámara y Mocholino (por apodos), en cuya juventud sin duda se traía muy a menudo, y de ahí la letrilla: ´Artacamara Dominguillua, Mocholiñuak lepuan´". "Después del año 1829 o 1830, dicen que lo escondió o deshizo D. Jose Antonio de Areitio, por parecerle cosa de irrisión para el pueblo, pero aunque sin monigote, alguna que otra vez ha salido por carnaval con los muchachos el palo con sus cintas y se han ejecutado las mismas figuras".


A continuación el Iñaki IRIGOYEN nos ofrece la versión popular del orígen de la danza de cintas: "Con motivo de una batalla que tuvieron los durangueses con los moros, que muy bien puede ser la batalla de Tavira, y en la que fue muerto el caudillo moro Bajamelú, después de la victoria, los de Berritz que es una de las Anteiglesias de Durango, trajeron como triunfo al caudillo contrariomuerto en el extremo superior de un palo o estaca a manera de estandarte, ambasándole dicho extremo superior del palo por el ano y que se hizo el Dominguillo para conservar en los tiempos sucesivos el recuerdo de aquella vicoria".


El caso es que la exhibición de la estampa de hilanderas parece responder más a una coyuntura social específica en la que se ve la necesidad de representar una labor que se veía obsoleta o anticuada. Las danzas de cintas, por su parte, se corresponden a coreografías extendidas por toda Europa e incluso América, siendo la interpretación más habitual la de que se tratan de danzas agrícolas, donde el entrelazado y el destrenzado alrededor de un poste, que por lo demás suele contener símbolos mágicos y de fertilidad, nos llevan a pensar más en la muerte y resurrección simbólica de la naturaleza que en la improbable muerte de un caudillo histórico. Por lo que concierne a las danzas de arcos, ninguno de los autores anteriores nos ofrece una explicación satisfactoria, por lo que sería necesario profundizar más en el tema.

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