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 Las danzas con palos pequeños están muy extendidas en el folklore europeo. En Gipuzkoa, aparte de esta danza incluida en el ciclo de la brokel-dantza hallamos otros ejemplos de danzas con palos pequeños en la trokeo-dantza de Antzuola, en las danzas del Corpus de Oñate y en las danzas de carnaval de Lizartza, Abaltzisketa y Amezketa.
La primera referencia que tenemos de esta danza de palos pequeños del ciclo de la brokel-dantza se halla recogida en la obra de Ignacio Iztueta de 1824, donde el escritor guipuzcoano la denomina “Maquilla chiquiaquicoa” (danza de palos pequeños).
Juan Antonio Urbeltz ha recogido un documento donde se describen pormenorizadamente las danzas con las que se agasajó en 1828 a Fernando VII y a su esposa Amalia de Sajonia. En el texto que evoca dicho acontecimiento las danzas aparecen descritas como si fueran la dramatización de un combate militar, llegando incluso el autor a afirmar que en una de las danzas los dantzaris evolucionaban arrojando flechas:
"...toman al punto saetas de madera (Gueciac) en sus manos para la lucha. El Capitan baila primero un zorcico indicando las evoluciones que deben ejecutar y el uso que han de hacer de las armas que acaban de empuñar. Dada esta lección en baile por el Capitan, danzan en zorcico los jóvenes guerreros á compas haciendo varias evoluciones, y al fin pasando la musica de los tamboriles á un presto furioso, batallan entre sí con las saetas tirándose golpes y defendiéndose con acordes y concertados movimientos presentando un vistoso simulacro de una encendida pelea que á veces llega hasta hacerse pedazos las saetas sin lastimarse ninguno de los danzantes".
Lo que el narrador denomina aquí “saetas” bien pudieran ser en realidad palos pequeños o incluso arcos pequeños. (Ver uztai txikiena - Historia)
En el programa de actuaciones del festival de danzas realizado en Bilbao por el grupo de brokel-dantza adiestrado por José Antonio Olano se dice lo siguiente: “El Zorzico con varias evoluciones de paloteos, teniendo al efecto 2 palos pequeños cada individuo que componen la comparsa”. José Antonio Azpiazu, en su folleto Descripción de las diversiones públicas de Guipúzcoa y en particular de sus bailes, escrito en el mismo año, describió del siguiente modo esta danza: Palitos. El zorzico apresurado que se toca y los golpes que con ellos se dan mutuamente, figuran una escaramuza que provocan las guerrillas para empeñar al enemigo a generalizar la acción.
Así en esta variación como en las demás que siguen, se repiten las partes un par de veces con mayor apresuramiento, y por consiguiente los golpes se aceleran a proporción, y significa que la pelea se va encarnizando, y que con tal arremetida o carga se aproxima su fin.
Igualmente se repite y baila el paseo después de esta mudanza y en todos los intermedios, lo cual da a entender que nunca están de más la vigilancia y precauciones para no ser sorprendidos por el enemigo, y que al efecto es menester reconocer su campo y posiciones antes de repetir las hostilidades.
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