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La brokel-dantza es un ciclo de danzas ejecutadas de forma consecutiva por los 9 ó 13 integrantes de un grupo de danzas. Para bailar, los dantzaris se colocan en dos filas, encabezadas por su capitán o director. Los dantzaris interpretan algunas danzas de la serie con las manos vacías, intercambiándose los puestos y en ocasiones modificando incluso la figura del grupo, y bailan otras empuñando alguna herramienta, que hacen chocar entre sí. El capitán lleva un bastón de mando similar al bastón que porta el "tambor mayor" de la tamborrada. El número de danzas del ciclo de la brokel-dantza ha sufrido variaciones a lo largo de la historia. En nuestra propuesta incluimos las siguientes: - Boastitzea (Paseo)
- Agurra edo erreberentzia (Saludo o reverencia)
- Makila txikiena (Danza de palos pequeños)
- Brokel-makilena (Danza de broqueles)
- Makila handiena (Danza de palos grandes)
- Belauntxingoa (Villancico)
- Uztai txikiena (Danza de arcos pequeños)
- Uztai handiena (Danza de arcos grandes)
- Zinta-dantza (Danza de cintas)
| | Junto a este grupo de danzas guipuzcoanas se han bailado a menudo también la ezpata-dantza, la jorrai-dantza y la danza de San Juan, o pordoi-dantza, aunque estas últimas danzas también se ejecutan fuera del contexto de la brokel-dantza. Dado que Juan Ignacio Iztueta las cita fuera de la brokel-dantza, hemos optado por no incluirlas en ese grupo. Angel Murua opina que las características de la brokel-dantza permiten incluirla en la categoría de las "danzas de troqueo" ("trokeo-dantzak"). La voz `troqueo' designa el acto de intercambiar puestos entre los bailarines y, por consiguiente, se considera danza de troqueo aquella en la que los bailarines intercambian posiciones. En opinión de Murua, además de la brokel-dantza pertenecen también a la categoría de danzas de troqueo la Trokeo-dantza de Antzuola, las danzas de carnaval de Lizartza, los Txantxoak de Amezketa, los Txantxoak de Abaltzisketa, las danzas de San Juan de Berasategi y las danzas del Corpus de Oñate. En tres de las danzas que hemos incluido en este ciclo de la brokel-dantza los dantzaris bailan con las manos vacías, a excepción del capitán o director, que porta el bastón de mando. En el resto de los bailes los dantzaris ejecutan sus evoluciones esgrimiendo palos pequeños, palos grandes, broqueles (pequeños escudos o platillos) y palos grandes, arcos pequeños y grandes, y empleando asimismo un gran poste de cuyo extremo superior cuelgan prendidas cintas de colores. Exceptuando la danza de los arcos grandes, las otras cinco danzas presentan la misma estructura y en ellas los bailarines hacen entrechocar las herramientas que blanden. | | Las cinco danzas en las que los dantzaris entrechocan las herramientas que portan presentan la siguiente estructura: en primer lugar, el capitán o director de grupo baila el zortziko ejecutando las combinaciones de pasos propias de los bailes guipuzcoanos y realizando variaciones y mudanzas con las que exhibe su destreza. Finalizada la actuación del capitán, el grupo baila un zortziko en el curso del cual los dantzaris se desplazan, a veces intercambiando puestos y a veces modificando la estructura de todo el grupo. Tras el zortziko, los dantzaris realizan el llamado `juego' ("jokoa"), consistente en que cada dantzari golpea con su herramienta la del dantzari que se halla a su lado en su misma fila y en la fila contigua. Los dantzaris golpean sus herramientas tanto en su propia posición como desplazándose de ella. El tipo de herramienta que se emplea en cada danza determina el nombre de ésta. Así, si se emplean broqueles y palos grandes, la danza será la "brokel-makilena"; si los dantzaris utilizan dos palos pequeños, es la "makila txikiena"; si se hacen entrechocar palos grandes, "makila handiena", etc. Los datos que hemos utilizado para elaborar esta propuesta sobre el modo de ejecutar las danzas guipuzcoanas los hemos extraído de dos fuentes principales: por un lado, hemos recurrido a documentos escritos. En este apartado constituye referencia obligada la obra de Juan Ignacio Iztueta Gipuzkoako dantza gogoangarrien condaira edo historia, publicada en 1824. A dicha obra hay que añadir, naturalmente, todos los textos disponibles que hacen referencia a estas danzas. Por otro lado, siguiendo la tradición oral, hemos aprovechado las lecciones y testimonios que los herederos de Iztueta han sabido preservar de generación en generación hasta nuestros días. Huelga decir que ambas fuentes de información fluyen del mismo manantial original: Iztueta. |
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