Ezpata-dantza
  Jorrai-dantza
  Soka-dantza
  Zortzikoak
Brokel-dantza
Boastitzea
Agurra
Makila txikiena
Brokel-makilena
Makila handiena
Belauntxingoa
Uztai txikiena
Uztai handiena
Zinta-dantza
Doinu zaharrak
Ormatxulo
Txakolin
Punta motz
Ehun eta bikoa

Juan Antonio Iztueta no incluyó ninguna mención de la uztai handiena (danza de arcos grandes) en su obra Gipuzkoako dantza gogoangarrien kondaira edo historia. En la relación de danzas del ciclo de la brokel-dantza que publicó en dicha obra Iztueta no incluyó ninguna danza con arcos, a pesar de que reconoció que se había ampliado el número de danzas, citando como origen de las danzas adicionales las contradanzas que se aprendían en los seminarios:
“En mi juventud, cuando se bailaba esta danza se ejecutaban estas nueve variaciones o mudanzas. Sin embargo, hoy en día muchos jóvenes y esclarecidos caballeros guipuzcoanos han aprendido en el seminario la contradanza y otros muchos tipos de mudanzas y las han introducido en la brokel-dantza con gran propiedad y notable acierto”.
Así pues, en opinión de Iztueta dichas danzas nuevas fueron incorporadas a la brokel-dantza “con gran propiedad”. Iztueta no explica cuáles son esas nuevas danzas, pero hay dos danzas que a partir de ese momento se mencionan de forma constante cada vez que hace referencia a la brokel-dantza: la uztai handiena (danza con arcos grandes) y la uztai txikiena (danza con arcos pequeños).

Una de esas “contradanzas” que menciona el maestro de danzas zaldibitarra podría tratarse de la danza de arcos grandes. Los investigadores han hallado datos que certifican la existencia en Gipuzkoa de danzas con arcos en fechas anteriores incluso a la fecha de publicación del libro de Iztueta. Por ejemplo, Angel Murua ha recogido documentos antiguos donde se realizan alusiones a danzas con arcos ejecutadas en Gipuzkoa. Así, el citado investigador ha encontrado textos en los que se hace referencia a doce arcos nuevos que fueron utilizados en la localidad de Segura el año 1648 durante las festividades del día de San Juan, así como menciones alusivas a los arcos que utilizaron los dantzaris durante los festejos organizados en la misma localidad de Segura el año 1704 para celebrar el cumpleaños del rey. Finalmente, Angel Murua ha descubierto un texto donde se mencionan 12 arcos nuevos que fueron utilizados en la localidad de Segura en 1806 para bailar la “contradanza”.

Juan Antonio Urbeltz ha dado a conocer un documento en el que se describe la danza con arcos decorados con la que se agasajó en Irún a la reina Amalia de Sajonia el año 1819. Dice así el texto:

"...Para realzar la función en Irún a la llegada de la Reyna dispuso la Diputación: que una compañia graciosa de bayle compuesta de 40 niños y niñas de Pasages vestidos con elegancia en trage Asiatico con la compañia de música se trasladase a este punto, seguro de que la hermosa variedad de figuras, y la destreza de su ejecución agradaría a S. M., y también a las dos comitivas, igualmente a que a todo el público (...) Los niños y niñas de Pasages con su música bajo la dirección de don Salvador de Urigoitia, que por disposición de la Provincia habia acudido (...) enseguida la de Paságes [música] empezó sus sonatas en el tablado. Entonces se principió el bayle formando figuras con arcos adornados con alegancia [sic], y otros tan ingeniosos, que gustó mucho a la Reyna este inocente y gracioso obsequio. S. M. se mantuvo cerca de una hora en el balcón de la misma sala consistorial, mirando con agrado este bayle..."

Basándose en esta descripción, Juan Antonio Urbeltz deduce que si los dantzaris actuaron durante una hora debieron de bailar alrededor de una docena de danzas. En opinión de Urbeltz, Iztueta tenía constancia de la existencia de este grupo de danzas dirigidos por Urigoitia y conocía muy bien las danzas con arcos. Sin embargo, en el libro de Iztueta no hay ninguna alusión al grupo de danzas de Pasaia ni a las danzas con arcos. Urbeltz sugiere que tal omisión sea quizá consecuencia de la ideología fuerista de Iztueta, que lo convertiría en adversario de los responsables de ese grupo de danzas en particular.

El folleto de presentación del espectáculo de brokel-dantza ofrecido en 1858 en Bilbao por el grupo de danzas adiestrado por José Antonio Olano, documento cuyo conocimiento debemos a Iñaki Irigoien, nos revela que la actuación concluyó con el siguiente número: “11. El Contrapas formando arcos y la contradanza con diferentes evoluciones”. Por otro lado, en la descripción de la brokel-dantza que realizó en el mismo año de 1858, José Antonio Azpiazu dice lo siguiente:
"Arcos grandes. Los arcos grandes o triunfales al sonido dulce y alegre de un contrapás en la fueraza de la refriega, indican con su colocación y el paso por entre ellos la toma de los puntos enemigos y el completo vencimiento de éstos, y es el signo del triunfo conseguido, que se distingue fácilmente por la animación, el alborozo y el regocijo que manifestan".
Es razonable pensar que las danzas con arcos eran más o menos conocidas en la época en la que Iztueta escribió su libro y que si el maestro zaldibitarra optó por no incluirlas en su obra ello se debió a alguna razón particular que desconocemos. Los sucesores de Olano, los Pujana, enseñaron las danzas con arcos de forma normalizada como parte integrante del ciclo de la brokel-dantza. La uztai handiena (danza de arcos grandes) que se baila hoy en día es la que ha conservado el grupo de danzas “Arkaitz” de Añorga. No en vano José Lorenzo Pujana formó a varios grupos de dantzaris de Añorga entre los años 1927 y 1946.