Ezpata-dantza
  Jorrai-dantza
  Soka-dantza
  Zortzikoak
Brokel-dantza
Boastitzea
Agurra
Makila txikiena
Brokel-makilena
Makila handiena
Belauntxingoa
Uztai txikiena
Uztai handiena
Zinta-dantza
Doinu zaharrak
Ormatxulo
Txakolin
Punta motz
Ehun eta bikoa

Bullet1 En su obra de 1754 Corografía de Guipúzcoa Manuel de Larramendi  realizó una defensa apasionada  de las tradiciones y danzas guipuzcoanas. El ilustre jesuita escribió su apología en el marco de un intenso debate que estalló en el siglo XVIII en torno a los supuestos perjuicios que las danzas acarreaban a la moral religiosa de hombres y mujeres.  Larramendi sostenía que  las danzas tradicionales de Gipuzkoa no solamente eran lícitas sino incluso saludables. No obstante, a fin de evitar problemas estableció algunas condiciones para garantizar su idoneidad, entre ellas la de que, a la hora de formar la cuerda de la soka-dantza, hombres y mujeres se dieran la mano utilizando un pañuelo que impidiera el contacto físico entre ambos sexos.

Bullet1 El carácter plural de la soka-dantza queda reflejado en  la denominación que utilizó el propio Larramendi  para designar a este conjunto de danzas: “(…) carricadanzas, escudanzas y otros nombre que tienen los bailes o danzas comunes de Guipúzcoa”. En su obra de 1824 Gipuzkoako dantza gogoangarrien kondaira edo historia Juan Ignacio Iztueta describió las diferentes variantes particulares que presenta la estructura básica de la soka-dantza. En dicha obra presentó bajo la denominación de gizon-dantza la danza que, presidida por el alcalde, solía bailarse en las grandes festividades locales, al tiempo que ofrecía numerosas indicaciones sobre el modo de ejecutarla correctamente. Iztueta distinguió  numerosas modalidades de soka-dantza según el perfil de los dantzaris que la bailaran.  Amén de la ya mencionada gizon-dantza (danza de hombres), Iztueta menciona la gazte-dantza (danza de jóvenes), la etxeandre-dantza, (danza de dueñas), la galaien esku-dantza (esku-dantza de galanes), la neskatxen esku-dantza (esku-dantza de señoritas) y la edate o karrika-dantza (danza de la bebida o danza callejera).

Bullet1 No todas las soka-dantzas que menciona Iztueta han llegado hasta nuestros días. La variante de esta danza que con más vigor ha sobrevivido hasta el siglo XX es la que Iztueta denomina gizon-dantza y la danza de honor o protocolaria que se ejecuta en honor de las autoridades o juntamente con ellas. En muchos lugares esta danza se conoce con el nombre de aurresku, denominación que parece derivarse del nombre que recibe el primer dantzari de la cuerda, es decir, el “aurreko eskua” (primera mano). La denominación atzeskua probablemente tiene el mismo origen. No obstante, Iztueta emplea las denominaciones de aurrendari y azkendari para designar al primer y al último dantzari de la cuerda. Según Juan Antonio Urbeltz, la denominación aurresku comenzó a generalizarse a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La consagración de la voz aurresku para denominar a esta danza refleja en opinión de Urbeltz las transformaciones que se experimentaron en la forma de contemplarla. Bajo la denominación de soka-dantza la atención del espectador se centra en la organización coreográfica del conjunto que ejecuta la danza, es decir, en la cuerda de baile. Por contra, bajo la denominación de esku-dantza  el foco de atención lo constituía el contacto que se establecía entre hombres y mujeres, que es precisamente el motivo de las vigorosas objeciones que formularon contra esta danza   los clérigos del siglo XVIII. En el siglo XIX la atención del público se concentrará en el solista que guía la danza, lo cual hará que la palabra que lo designa --aurresku— evolucione con el tiempo hasta designar por metonimia al conjunto de la danza.

Bullet1 A finales del siglo XIX y comienzos del XX el movimiento romántico surgido en torno a los Juegos Florales y Festejos euskérikos trató de insuflar nueva vida a la soka-dantza, que se hallaba en proceso de declive. Comenzaron entonces a organizar aurreskus de honor en los que tanto autoridades como organizadores salían a la plaza unidos en la cuerda de baile. Durante varios años la corporación municipal donostiarra bailó la soka-dantza durante los festejos de la Euskal Astea.

Bullet1 En la segunda mitad del siglo XX se han bailado soka-dantzas en las festividades locales de muchos municipios.  En Zumarraga se bailaba después de la ezpata-dantza; en Tolosa, después de la bordon-dantza o en las festiviades en honor del santo patrón de la localidad después de la misa mayor. En esta propuesta veremos la soka-dantza que se baila en Elgoibar el día de San Bartolomé.

         La soka-dantza de Elgoibar

Bullet1 Los datos más antiguos de que disponemos sobre la soka-dantza de Elgoibar se los debemos a Pello Arrieta y se refieren a las soka-dantzas bailadas en el barrio de Sallobente en las postrimerías del siglo XIX. Pello Arrieta recogió datos sobre numerosas soka-dantzas  interpretadas entre los años 1877 y 1897. Según noticias recogidas a comienzos del siglo XX por Resurrección María de Azkue, en Elgoibar  la tarde del día  de Nochevieja  se bailaban aurreskus en la plaza.

Bullet1 En tiempos de la Segunda República Romualdo Andonegi  desempeñó labores de maestro de danzas en Elgoibar y, auxiliado por Jose Lorenzo Pujana, preparó la soka-dantza que se bailó el día de San Bartolomé Txiki del año 1932. En los años siguientes numerosos grupos se encargaron de organizar el baile de la soka-dantza. Finalizada la guerra civil se formó un grupo de danzas dirigido por el cura Jose Mari Agirrebaltzategi, grupo que volvió a bailar la soka-dantza en las fiestas de San Bartolomé. A partir de 1943 los programas de fiestas anunciaban para el mediodía del 24 de agosto, festividad de San Bartolome Txiki, “el tradicional aurresku”. Durante los últimos años de la década de los 50  la sociedad pelotazale Baltasar se hizo cargo de la interpretación del aurresku. Además de la soka-dantza de las fiestas de San Bartolomé, el aurresku se baila también en las fiestas de los barrios de la localidad: en Sallobente, en San Roke y en San Migel. En los tres casos la soka-dantza la formaban los propios vecinos de la barriada.


Bullet1 En 1961 la asociación cultural Ongarri tomó el relevo a la asociación Baltasar en la tarea de organización de la soka-dantza. En 1964 la asociación Ongarri no bailó la soka-dantza de fiestas el día de repetición de San Bartolomé sino el 24 de agosto, es decir, el mismo día de San Bartolomé. Después de la asociación Ongarri, comenzó a organizar la soka-dantza el grupo de danzas Elorra, que en el año 1972 la bailó por última vez. Al desaparecer el colectivo Elorra Elgoibar se quedó sin grupo de danzas de adultos, lo que hizo que el aurresku de San Bartolomé corriera el riesgo de desaparecer definitivamente. Precisamente para evitar tal eventualidad y bailar esa soka-dantza se creó el grupo de danzas vascas Haritz, que se ha encargado de mantener viva hasta nuestros días la tradición de la soka-dantza de San Bartolomé. Los pasos de la danza los aprendieron a finales de la década de los años 80 de Iñaki Gordejuela, maestro de danzas de Goizaldi.